Antes de adentrarnos en el mundo de la inversión, debemos analizar varios factores importantes: el riesgo que estamos dispuestos a asumir, y el objetivo temporal de nuestras inversiones (el periodo de tiempo que deseamos permanecer invertidos).
Podemos encontrar dos tipos de inversión, según este último factor: a corto plazo -cuyo retorno es inmediato o en un plazo no superior a un año-; e inversión a largo plazo -más de doce meses-.
El riesgo de perderse los mejores días de mercado
A corto plazo, al comprar y vender continuamente, se corre el riesgo de perderse los mejores días de mercado. Y esto significa pérdidas para los inversores. Según un estudio de JP Morgan Asset Management, la rentabilidad de las inversiones se reduce significativamente cuando los inversores se pierden los mejores días de mercado.
Según este análisis, por una inversión realizada con un fondo indexado S&P 500 entre 1997 y 2017, los inversores pierden alrededor de un 3,7% de rentabilidad, habiendo perdido los mejores 10 días del mercado. Y si este comportamiento se repite durante los mejores 30 días, la rentabilidad de la cartera se vuelve negativa.
Tipo de inversiones a corto plazo
Estos son algunos ejemplos de inversiones temporales a corto plazo entre las que puede elegir:
Existen fondos de inversión que tienen diferentes tipos de liquidación , rendimiento y días de funcionamiento. Puedes configurar tu cartera de inversiones y adquirir los activos en bolsa que más te convengan a través de una entidad financiera. Por ejemplo, en GBM+ puedes buscar una opción para cada uno de tus objetivos.
Inversiones a largo plazo
Las inversiones a largo plazo son aquellas en las que los activos se mantienen durante un horizonte de tiempo prolongado que puede oscilar entre 3 y 30 años o más. Sin embargo, algunos inversores lo asocian con un rango entre 5 y 10 años, por lo que no existe una regla absoluta para definirlo.
Es una de las estrategias de inversión que te ofrece mejor manejo de la volatilidad, alta rentabilidad y mejor aprovechamiento del interés compuesto. Este consiste en la generación de intereses a partir del capital invertido, que luego se suma al capital para generar aún más intereses. Es un efecto por el cual se aumenta el capital a partir de las inversiones que se hacen.
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