Son muchos los que consideran que el fondo de inversión es el vehículo más eficaz y adecuado para canalizar el ahorro y la inversión. Respeta criterios básicos de diversificación y responde a las necesidades de los inversores individuales (obtención de rentas, revalorización del capital, preservación del patrimonio, ajuste a un perfil de riesgo y horizonte de inversión…). Sin embargo, la primera experiencia de un inversor con un fondo puede ser dolorosa si el producto ha generado un rendimiento negativo. Esto es importante tenerlo en cuenta en un contexto en el que muchos ahorradores que tradicionalmente tenían depósitos se han pasado al fondo para buscar rendimientos que ya no se ofrecen.
El problema es que, para tener éxito con este movimiento de traducción y que este nuevo cliente no se sienta defraudado con el producto que ha adquirido, hay que respetar una regla básica. Y esto no es otro que saber tener paciencia. La satisfacción del cliente con el producto estará íntimamente ligada a la rentabilidad que finalmente consiga con él. En este sentido, existe un método que permite a los participantes tener más posibilidades de no perder dinero con un fondo de inversión. En J.P.Morgan AM lo explican poniendo como ejemplo el caso de distintos inversores que han decidido entrar en fondos de renta variable que invierten en diferentes áreas geográficas (Europa, Estados Unidos, mercados emergentes y globales) y calculando cuál sería la probabilidad que los inversores ganarán dinero dependiendo del periodo de tiempo en el que mantengan la inversión.
Cuándo transferir un fondo mutuo
Cuándo salir de un fondo mutuo es quizás la parte más difícil. Por ello, es importante y recomendable que cuando invirtamos lo hagamos en base a nuestros propios objetivos. Invertir con un objetivo específico en mente, establecer el monto objetivo y la duración del objetivo puede ayudar a resolver el problema del «largo plazo». Con una fecha predeterminada, uno no tiene que preocuparse por el largo plazo.
Pero, no todos los inversores invierten según objetivos. Y lo que es más importante, el mercado puede sufrir cambios tremendos en este período fijo que pueden afectar la rentabilidad de la cartera.
Pérdida de fondos de inversión
Es normal tener ganas de vender si estás perdiendo dinero con tu fondo. Un mal año para un fondo puede ocurrir porque las ideas de inversión que tienen los administradores están tardando más en dar frutos, pero no tiene por qué ser un mal fondo. Antes de entrar en un fondo conviene comprobar la rentabilidad de los últimos cinco años, si ha ganado o perdido más que su índice o si encaja con tu filosofía de inversión.
Si cuando empezaste en el mundo de la inversión, invertiste recomendado por lo que te dijeron en el banco, es muy probable que estés pagando altas comisiones y será de los fondos del grupo de perdedores o muy lejos de la rentabilidad media del mercado. Pasar de un fondo de comisión alta a uno de comisión baja tendrá un gran impacto en los rendimientos a largo plazo.